CUIDADOS DE LAS PIEZAS
Si eres una de las personas afortunadas que tiene una joya de ámbar natural, debes saber cómo cuidarla, y almacenarla para que no se rompa, raye, o pierda su brillo y belleza.
Ten en cuenta que se puede rayar con facilidad y el brillo, con el paso del tiempo, puede volverse opaco. Para que éste brillo dure más tiempo, sigue estos consejos:
- Mantén tus piezas alejadas de fuentes directas de calor, y evita cambios bruscos de temperatura. Tampoco es bueno dejarlas en la ventana con temperaturas frías, ni prolongar el contacto directo con la luz del sol.
- Evita golpes al quitarte las joyas, pues por su delicadeza pueden rayarse o golpearse y hasta romperse..
- Evita exponerlas a la laca. perfumes, detergentes, o químicos del hogar ya que pueden formar una capa de color blanco que podría quedar para siempre.
- Mucho cuidado si llevas las manos sucias, y sobre todo si están manchadas de grasa alimenticia.
Para preservar su brillo y evitar deterioros, en caso de desear guardar tus joyas de ámbar, debes hacerlo en una caja o bolsa oscura, sin luz solar directa. Sin embargo, necesitarás sacarla al sol de la mañana para recargar su energía periódicamente, con cuidado de no exponerse excesivamente. La luz solar le ayuda a recuperar su brillo y luz interior.
La mejor manera de guardarlas y protegerlas es separarlas de otras piezas de joyería para evitar que se golpeen entre ellas y se agrieten.
A la hora de limpiar una joya de ámbar no debes aplicar ningún tipo de detergente. Se recomienda frotarlo con un paño suave de algodón que no raye y una o dos gotitas de aceite de almendras o aceite de oliva para eliminar restos de grasa, sudor, o polvo después de cada uso o cada determinado tiempo, es la forma más sencilla de evitar su deterioro.